miércoles, 17 de diciembre de 2014

NUEVA FLORESTA, MENSAJE DOMINGO 14 DE DICIEMBRE


EL TIEMPO DE SU VISITACIÓN
"No dejarán sobre ti piedra sobre piedra, por cuanto no conociste el tiempo de tu visitación" (Lucas 19:44).

¿Qué es una visitación del Señor?
Asociamos "visitación" con "volver a redescubrir nuestra relación con Dios" Las palabras “visitación” y “visitar” aparecen muchas veces en la Biblia y más de la mitad son “visitaciones” de Dios. Pero una cosa es segura, que desde la época de Adán Dios acostumbró visitar al hombre, a veces para bendecir y otras para juzgar la maldad.       
Por ejemplo:
l -Dios visitó a Sara cuando le dijo que iba a procrear aun en su vejez.
2-Dios visitó a su pueblo para darles pan en el tiempo de Noemí, la suegra de Rut. 
3-Dios visitó a Ana la madre de Samuel para contestar a la oración de esta mujer.
 4-Dios visitó a su pueblo en los tiempos de la cautividad en Babilonia para darles libertad. 
5-Y en los días de Jesús nuevamente visitó a su pueblo en Jerusalén
6-Dice Ex. 20:5 que Dios visita la maldad de los padres sobre los hijos hasta la 3ra y 4ta generación.
7-Y Jesús refiriéndose a la toma de Jerusalén dijo: "...por cuanto no conociste el tiempo de tu visitación" (Lucas 19:41-44)  70 años después el juicio profetizado se hizo realidad.



1)    UNA VISITACIÓN DE DIOS SE MANIFIESTA COMO TIEMPOS DE REFRIGERIO Y RESTAURACIÓN
(Hechos 3:19-21)
A)  Tiempos de refrigerio (V-19)   El primer sermón de Pedro en Hechos 2 fue para el comienzo de la era de la iglesia. Eran tiempos en que se necesitaba un sermón fuerte, palabras que llevaran al pueblo al arrepentimiento, y la iglesia comenzó a crecer con aquel primer sermón. Eran tiempos de "volver a Dios". Pero el segundo sermón de Pedro en Hechos 3 es principalmente para la iglesia, no sólo habla de la necesidad de una conversión sino de la promesa de la segunda venida de Jesucristo. 
·        Tiempos de refrigerio que servirán para que la iglesia sea renovada, no sólo en su forma, sino en su pensamiento con respecto a sus hermanos en la fe. 
·        Tiempos en los que cristianos cansados, secos, desanimados estén siendo levantados, restaurados y llenados de gozo. 
·        Tiempos en los que miles de pastores agobiados por el peso de la obra encuentren un nuevo ánimo para continuar en el ministerio, y lo más importante; 
·        Tiempos en los que la iglesia llena de gozo se levantará para adorar al Señor en un mismo sentir y canto de alabanza.
B)  Tiempos de restauración: (V-20)   Pedro nos enseña que justamente antes de la segunda venida de Cristo se manifestaran tiempos no sólo de refrigerio sino de restauración., de poder, autoridad y carácter de Cristo.
El plan de Dios para el tiempo del fin incluye un tiempo de Su Gloria, poder presencia, dones y ministerios de la iglesia. Serán tiempos en que se restaurarán:   MATRIMONIOS---RELACIONES FAMILIARES---RELACIONES ENTRE LAS IGLESIAS---EL LIDERAZGO ESPIRITUAL DE LA IGLESIA---AUTORIDAD ESPIRITUAL DE LA IGLESIA  y muchas otras cosas preparando al mundo para su venida.
2) UNA VISITACION DE DIOS TRAE TIEMPOS DE LIBERACIÓN
El Señor dijo en Lucas 4:16-19.  Que vino a dar libertad a los cautivos... y a poner en libertad a los oprimidos.  El rey David clama a Dios por su perdón (Salmo 32:7) y está seguro que le librará de su angustia. No todos experimentarán quizás una manifestación externa, pero sí toda persona sincera y sedienta que aproveche la visitación del Señor experimentará  UN VOLVER A DIOS PROFUNDO  QUE DARA FRUTO A SU VIDA.
3) UNA VISITACION DE DIOS VIENE CON TIEMPOS DE RECEPTIVIDAD ESPIRITUAL  (Hechos 4:4)
Aquí vemos la primera persecución de la iglesia primitiva. Hay oposición, como siempre en todo mover de Dios,  pero  la visitación trae una receptividad espiritual para aquellas personas dispuestas que los lleva a un volver a Dios, como dice el Señor en Proverbios 1:23 "Volveos a mi reprensión; He aquí yo derramaré mi espíritu sobre vosotros y os haré saber mis palabras", cuando hay un volver a Dios se revela, como consecuencia, un obedecer cada día más al Espíritu Santo. Al fin de cuentas, un avivamiento no es más que un obedecer al Espíritu Santo. Esta receptividad espiritual nos lleva a poner en práctica lo que hemos aprendido en teoría; que hay poder infinito en Dios y que está a nuestro alcance cuando nos vaciamos de nosotros mismos y permitimos que el Espíritu Santo tenga el dominio de todo nuestro ser.
4. LAS GRAVES CONSECUENCIAS DE IGNORAR UNA VISITACION DE DIOS.
·        Destrucción. "No dejarán sobre ti piedra sobre piedra, por cuanto no conociste el tiempo de tu visitación" Lucas 19:44.
Salmo 73:26.28 “Mi carne y mi corazón pueden desfallecer, pero Dios es la fortaleza de mi corazón y mi porción para siempre. Porque he aquí, los que están lejos de ti perecerán; tú has destruido a todos los que te son infieles. Más para mí, estar cerca de Dios es mi bien; en DIOS el Señor he puesto mi refugio, para contar todas tus obras”
·        Tormento. Cantar de los cantares 5 “El tormento de la separación”

CONCLUSIÓN
 No es este un estudio profundo acerca de lo que es un avivamiento, sólo creímos importante refrescar en nuestra mente algo más acerca de lo que la visitación de Dios produce.
Otra cosa que debemos aprender es que una visitación de Dios no se puede “producir”.
“Dios elige los tiempos o épocas de su visitación y avivamiento y que no hay forma específica de PRODUCIR esa experiencia” 
 “...Es una época...en que la Palabra de Dios ocupa el primer lugar en nuestras lecturas (y por días y semanas enteras el único lugar), y la oración, lejos de ser una carga, se convierte en una necesidad constante para nuestras almas”.
De manera que "volver a redescubrir nuestra relación con Dios" podría significar un avivamiento en nuestra vida y en la vida de nuestra congregación, nuestra ciudad y aún nuestro país.

REFLEXION PERSONAL:
Dios visita a los hombres, y cuando lo hace, espera ser recibido en el corazón. Sí, Dios visita a los hombres. Algunos, le rechazan; otros, le reciben; algunos de ellos, al poco tiempo le olvidan. Dios visita al menos una vez en la vida a cada hombre. A veces Dios vuelve a visitar a quienes le han rechazado, pero nadie puede asegurar a quiénes volverá, o cuántas veces volverá, si vuelve.
Por eso, es importante saber cuándo Dios nos visita, y estar conscientes de que, si es rechazado, tal vez no vuelva más. El Señor Jesús dijo de Jerusalén: "No dejarán sobre ti piedra sobre piedra, por cuanto no conociste el tiempo de tu visitación". Algunos no perciben el privilegio y lo menosprecian. Después, cuando es demasiado tarde, lo lamentan.
Alguien, de joven, recibe una visitación de Dios. Tiene una experiencia espiritual que ilumina su vida. Es como una primavera, con sus aromas, sus flores y sus renuevos. Pero después, la vida, con sus mil afanes, lo coge y se lo lleva lejos. Le ofrece mil alternativas halagüeñas. Años más tarde, ya viejo, recuerda aquello con una sonrisa melancólica –si aún tiene corazón para desearlo–, o displicente – si su corazón ya se endureció sin remedio. Ahora ya no hay posibilidad de volver atrás. Las cadenas atan muy fuerte. El corazón es una piedra. La primavera ya se fue del corazón y ha llegado el invierno con todas sus inclemencias. No sólo el invierno de la edad, en que todo sinsabor halla su asiento, sino el invierno del alma, con los sueños marchitos, y con una sospecha terrible de lo que le espera en un mañana sin Dios.
Aquella visitación duró sólo unos días o unos meses. Ocurrió en los días de la mocedad, cuando los ideales bullen, y las emociones afloran. El corazón todavía tierno del muchacho se conmovió ante la voz del cielo, y sus ojos se maravillaron con la visión celestial. Fue la visitación de Dios. Pero Dios ya se fue. Tal vez nunca vuelva. La vida ya se acaba, las esperanzas se han dormido. Ya no hay nada que hacer, o casi nada.
Muy pocas veces Dios visita de nuevo el corazón que ya hace tanto le volvió la espalda. Pero a veces vuelve, y entonces el corazón se agita con un desusado latir. Y viene un algo de respiro. Una nueva vislumbre de gloria cautiva el alma y logra reblandecerla. Entonces, el hombre se aferra con todo. ¡Dios se ha acordado de él! ¡Hay que aprovechar el tiempo, invertirlo en Dios, recuperar lo perdido!


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