EL
TIEMPO DE SU VISITACIÓN
"No dejarán sobre
ti piedra sobre piedra, por cuanto no conociste el tiempo de tu
visitación" (Lucas 19:44).
¿Qué es
una visitación del Señor?
Asociamos "visitación" con "volver a
redescubrir nuestra relación con Dios" Las palabras “visitación” y
“visitar” aparecen muchas veces en la Biblia y más de la mitad son
“visitaciones” de Dios. Pero una cosa es segura, que desde la época de Adán
Dios acostumbró visitar al hombre, a veces para bendecir y otras para juzgar la
maldad.
Por ejemplo:
l -Dios visitó
a Sara cuando le
dijo que iba a procrear aun en su vejez.
2-Dios visitó a su pueblo para darles pan en el tiempo de Noemí, la suegra de Rut.
2-Dios visitó a su pueblo para darles pan en el tiempo de Noemí, la suegra de Rut.
3-Dios visitó
a Ana la madre de Samuel para
contestar a la oración de esta mujer.
4-Dios
visitó a su pueblo en los tiempos de la cautividad en Babilonia para
darles libertad.
5-Y en los
días de Jesús nuevamente
visitó a su pueblo en Jerusalén
6-Dice Ex. 20:5 que Dios visita la maldad de los padres sobre los hijos hasta la 3ra y 4ta generación.
6-Dice Ex. 20:5 que Dios visita la maldad de los padres sobre los hijos hasta la 3ra y 4ta generación.
7-Y Jesús
refiriéndose a la toma de Jerusalén dijo: "...por cuanto no
conociste el tiempo de tu visitación" (Lucas 19:41-44)
70 años después el juicio profetizado se hizo realidad.
1)
UNA VISITACIÓN DE DIOS SE
MANIFIESTA COMO TIEMPOS DE REFRIGERIO Y RESTAURACIÓN
(Hechos 3:19-21)
A) Tiempos de refrigerio (V-19) El primer sermón de Pedro en Hechos
2 fue para el comienzo de la era de la iglesia. Eran tiempos en
que se necesitaba un sermón fuerte, palabras que llevaran al pueblo al
arrepentimiento, y la iglesia comenzó a crecer con aquel primer sermón. Eran
tiempos de "volver a Dios". Pero el segundo
sermón de Pedro en Hechos 3 es principalmente para la
iglesia, no sólo habla de la necesidad de una conversión sino de la promesa de
la segunda venida de Jesucristo.
·
Tiempos
de refrigerio que servirán para que la iglesia sea renovada, no sólo en su
forma, sino en su pensamiento con respecto a sus hermanos en la fe.
·
Tiempos
en los que cristianos cansados, secos, desanimados estén siendo levantados,
restaurados y llenados de gozo.
·
Tiempos
en los que miles de pastores agobiados por el peso de la obra encuentren un
nuevo ánimo para continuar en el ministerio, y lo más importante;
·
Tiempos
en los que la iglesia llena de gozo se levantará para adorar al Señor en un
mismo sentir y canto de alabanza.
B) Tiempos de restauración: (V-20) Pedro nos enseña que justamente
antes de la segunda venida de Cristo se manifestaran tiempos no sólo de
refrigerio sino de restauración., de poder, autoridad y carácter de Cristo.
El plan de Dios para el tiempo del fin incluye un
tiempo de Su Gloria, poder presencia, dones y ministerios de la iglesia. Serán
tiempos en que se restaurarán: MATRIMONIOS---RELACIONES
FAMILIARES---RELACIONES ENTRE LAS IGLESIAS---EL LIDERAZGO ESPIRITUAL DE LA IGLESIA---AUTORIDAD
ESPIRITUAL DE LA IGLESIA y muchas otras cosas preparando al mundo
para su venida.
2) UNA VISITACION DE DIOS TRAE TIEMPOS
DE LIBERACIÓN
El Señor dijo en Lucas
4:16-19. Que vino a dar libertad a los cautivos... y a poner en
libertad a los oprimidos. El rey David
clama a Dios por su perdón (Salmo 32:7) y está seguro
que le librará de su angustia. No todos experimentarán quizás una manifestación
externa, pero sí toda persona sincera y sedienta que aproveche la visitación
del Señor experimentará UN VOLVER A DIOS PROFUNDO QUE
DARA FRUTO A SU VIDA.
3)
UNA VISITACION DE DIOS VIENE CON TIEMPOS DE RECEPTIVIDAD ESPIRITUAL
(Hechos 4:4)
Aquí vemos la primera persecución de la iglesia
primitiva. Hay oposición, como siempre en todo mover de
Dios, pero la visitación trae una receptividad espiritual
para aquellas personas dispuestas que los lleva a un volver a Dios, como dice
el Señor en Proverbios 1:23 "Volveos a mi reprensión; He aquí
yo derramaré mi espíritu sobre vosotros y os haré saber mis
palabras", cuando hay un volver a Dios se revela, como
consecuencia, un obedecer cada día más al Espíritu Santo. Al fin de
cuentas, un avivamiento no es más que un obedecer al Espíritu Santo. Esta
receptividad espiritual nos lleva a poner en práctica lo que hemos aprendido en
teoría; que hay poder infinito en Dios y que está a nuestro alcance cuando nos
vaciamos de nosotros mismos y permitimos que el Espíritu Santo tenga el dominio
de todo nuestro ser.
4. LAS GRAVES
CONSECUENCIAS DE IGNORAR UNA VISITACION DE DIOS.
·
Destrucción.
"No dejarán sobre ti piedra sobre
piedra, por cuanto no conociste el tiempo de tu visitación" Lucas 19:44.
Salmo
73:26.28 “Mi carne y mi corazón pueden desfallecer, pero Dios es la fortaleza de mi
corazón y mi porción para siempre. Porque he aquí, los que están lejos de ti
perecerán; tú has destruido a todos los que te son infieles. Más para mí,
estar cerca de Dios es mi bien; en DIOS el Señor he puesto mi refugio, para
contar todas tus obras”
·
Tormento.
Cantar de los cantares 5 “El tormento de la separación”
CONCLUSIÓN
No es este un estudio profundo acerca de lo
que es un avivamiento, sólo creímos importante refrescar en nuestra mente algo
más acerca de lo que la visitación de Dios produce.
Otra cosa que debemos aprender es que una visitación
de Dios no se puede “producir”.
“Dios elige los tiempos o épocas de su visitación y
avivamiento y que no hay
forma específica de PRODUCIR esa experiencia”
“...Es una época...en que la Palabra de Dios ocupa
el primer lugar en nuestras lecturas (y por días y semanas enteras el único
lugar), y la oración, lejos de ser una carga, se convierte en una necesidad
constante para nuestras almas”.
De manera que "volver a
redescubrir nuestra relación con Dios" podría significar un avivamiento en
nuestra vida y en la vida de nuestra congregación, nuestra ciudad y aún nuestro
país.
REFLEXION
PERSONAL:
Dios visita a los
hombres, y cuando lo hace, espera ser recibido en el corazón. Sí, Dios visita a
los hombres. Algunos, le rechazan; otros, le reciben; algunos de ellos, al poco
tiempo le olvidan. Dios visita al menos una vez en la vida a cada hombre. A
veces Dios vuelve a visitar a quienes le han rechazado, pero nadie puede
asegurar a quiénes volverá, o cuántas veces volverá, si vuelve.
Por eso, es importante
saber cuándo Dios nos visita, y estar conscientes de que, si es rechazado, tal
vez no vuelva más. El Señor Jesús dijo de Jerusalén: "No dejarán sobre ti
piedra sobre piedra, por cuanto no conociste el tiempo de tu visitación".
Algunos no perciben el privilegio y lo menosprecian. Después, cuando es
demasiado tarde, lo lamentan.
Alguien, de joven,
recibe una visitación de Dios. Tiene una experiencia espiritual que ilumina su
vida. Es como una primavera, con sus aromas, sus flores y sus renuevos. Pero
después, la vida, con sus mil afanes, lo coge y se lo lleva lejos. Le ofrece
mil alternativas halagüeñas. Años más tarde, ya viejo, recuerda aquello con una
sonrisa melancólica –si aún tiene corazón para desearlo–, o displicente – si su
corazón ya se endureció sin remedio. Ahora ya no hay posibilidad de volver
atrás. Las cadenas atan muy fuerte. El corazón es una piedra. La primavera ya
se fue del corazón y ha llegado el invierno con todas sus inclemencias. No sólo
el invierno de la edad, en que todo sinsabor halla su asiento, sino el invierno
del alma, con los sueños marchitos, y con una sospecha terrible de lo que le
espera en un mañana sin Dios.
Aquella visitación duró
sólo unos días o unos meses. Ocurrió en los días de la mocedad, cuando los
ideales bullen, y las emociones afloran. El corazón todavía tierno del muchacho
se conmovió ante la voz del cielo, y sus ojos se maravillaron con la visión
celestial. Fue la visitación de Dios. Pero Dios ya se fue. Tal vez nunca vuelva.
La vida ya se acaba, las esperanzas se han dormido. Ya no hay nada que hacer, o
casi nada.
Muy pocas veces Dios
visita de nuevo el corazón que ya hace tanto le volvió la espalda. Pero a veces
vuelve, y entonces el corazón se agita con un desusado latir. Y viene un algo
de respiro. Una nueva vislumbre de gloria cautiva el alma y logra
reblandecerla. Entonces, el hombre se aferra con todo. ¡Dios se ha acordado de
él! ¡Hay que aprovechar el tiempo, invertirlo en Dios, recuperar lo perdido!
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